Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

domingo, 1 de febrero de 2015

Explosión.

Si esto fuera un folio de verdad, probablemente ya lo hubiera manchado de sangre. Probablemente estaría arrugándolo, rompiéndolo, escupiéndolo. Puede que empuñara demasiado fuerte la pluma, tanto que rasgaría el papel, tanto que las letras no lograrían distinguirse unas de otras, la tinta correría libre en todas direcciones, sería la rabia la que emplearía su inspiración.

Esto es una pantalla, y solo me queda teclear con violencia mientras escucho Last Resort de Papa Roach.

Esto no planea ser un embellecedor de palabras, no pretende ser un escrito que he meditado durante horas y horas en mi cabeza. Es el aquí y ahora, la escritura automática y sincera que dejará a la luz mis pensamientos segundo por segundo hasta el final de esta entrada. Voy a soltarme, da igual cómo quede. Esta es mi llave a la liberación, a escupir lo que se me atraganta.  Perdonad si os salpica, o... ¿qué digo? No os pido ni perdón.


Mentiras.
M E N T I R A S. Eso que veo a diario pero que esta vez, me ha salpicado de lleno en mitad de la cara. No puedo creerlo, no puedo creer las mentiras que dice la gente solo para quedar bien a ojos de la gente, o mejor dicho, a mis ojos. No me puedo creer que me tomen por estúpida UNA-VEZ-MÁS. Si hay algo que odio con toda mi alma en este mundo, es que me mientan. Yo solo juzgo lo que veo, No me gusta juzgar a la gente así, a la ligera, porque sé que detrás se esconde mucho más. Pero yo ya no puedo creerme nada, ya no. Conozco bien el sabor de la decepción, sé cómo viste, cómo habla, sé en qué se equivoca, sé cómo duele la patada en el estómago que siempre me da. Conozco esa sensación con la palma de mi mano, lo normal es que me decepcionen, lo raro es que NO lo hagan.

Y aquí estoy, otra vez. No sé, ¿qué esperabas, que no te la volvieran a jugar? Venga, ilusa, te toman por tonta CADA VEZ QUE TE VEN. Esta vez no iba a ser la excepción. ¿Te crees diferente? ¿Crees que hay alguien que de verdad apostaría por ti como tú apuestas por los demás? Oh, no, deja de ver películas, deja de vivir en tu burbuja, que esto es el mundo real y aquí no fuiste, eres ni serás especial para nadie. Porque pasas por la gente como si nada, como un pequeño rato, eres esa chica que todo el mundo conoce antes de conocer a LA persona, eres el error de alguien, eres la equivocación, el desvío equivocado, un recuerdo amargo, alguien fácil de olvidar, alguien a quien se puede mentir, a quien se le puede ocultar, alguien a quien nadie debe tener en cuenta, porque no te haces oír, porque por mucho que digas quererte, la gente dice no verlo. Eres ingenua, frágil, ilusa, tonta, inocente, un granito de arena, desapercibida siempre entre la gente. ¿Por qué alguien iba a recordarte? ¿Por qué alguien iba a quererte en su vida?


Tú misma lo has visto, vez tras vez, dando traspiés, dando oportunidades como si tu corazón estuviera siempre en rebajas de ocasión. Siempre acabas rota, siempre acabas ultrajada, nadie ha vuelto aún por ti. ¿Me equivoco? ¿A caso alguien se ha dado cuenta de lo "mucho" que vales o de lo "mucho" que te necesita en su vida como para llegar hasta a ti, romper tus barreras definitivamente y decirte "Voy a estar aquí y no te lo prometo, simplemente vas a ver con tus propios ojos, que no te abandonaré"?  Quién te quiere en su vida, dime, ¿quién? Espera, no te oigo, ¿has dicho algo? ¿Hay alguna persona que haya hecho eso por ti alguna vez?  Ah, que dices que no...  bien, pareces que vas dándote cuenta.


La gente sigue sin mí con sus vidas, y yo sigo en el mismo lugar, con los mismos miedos, con el mismo abandono, pena, soledad, con la misma vida de mierda, con los mismos errores que trato a toda costa de rectificar y no... logro rectificar. Porque me caigo tantas veces y a duras penas me levanto, y vuelvo a abrir mi corazón y me lo vuelven a romper de un puñetazo. Esta soy yo, y no me gusta lo que veo. No me gusta ser tan amable, tan simpática, no me gusta sonreír tanto cuando ni quiero hacerlo. No me gusta no preocupar a nadie, no me gusta tener que depender de nadie, no me gusta ser humana. No me gusta ser tan DÉBIL, porque eso es lo que soy, débil. Si aspiro a conseguir la grandeza, hay cosas que he de dejar atrás a toda costa, y una de ellas es mi corazón, que no hace más que traerme problemas, y traerme arañazos, heridas de bala, de flechas mal tiradas por cupido, de quemaduras de tercer grado.

Soy prescindible a ojos de cualquiera, siempre lo he sido. La gente puede vivir fácilmente sin mí. Diría que yo no puedo hacer eso pero lo cierto es que...  siempre he sido una persona solitaria y aquí estoy, siguiendo mi camino solitaria, como siempre. La gente va y viene, te promete cosas que luego no cumple pero no es algo que me disguste porque realmente, ya sé de antemano que me van a decepcionar. Todo el mundo, en algún punto de su vida, me decepciona. Cualquier persona que conozco, da igual de qué índole, acaba decepcionándome. No es algo nuevo, no es como cuando te rompen el corazón por primera vez y no sabes ni cómo volver a vivir. Pero siempre esperas que no te lo vuelven a romper, pero siempre esperas que no te vuelvan a decepcionar. Pero eso no sucede, mi vida está marcada por la decepción, decepcionada conmigo misma, por ser como soy, y decepcionada con los demás, porque no sé qué tiene mi forma de ser que está hecha para ser profanada, para jugar con ella, para...


Se me agotan las palabras, la rabia va disminuyendo progresivamente, las lágrimas furiosas se callan porque mis demonios están saliendo a la luz. Hoy vuelvo a ser humana, hoy vuelvo a cometer uno de esos errores que NO me perdono en mi vida, ese que quiero erradicar y no me sale, ese que me hace sentirme estúpida: exponerme, exponerme aquí, en un lugar oscuro e inhóspito que leen cuatro personas que no sé ni por qué me leen. ¿Encontráis algo productivo entre estas palabras? De ser así, no sabéis cuán sorprendida me hallo, no destaco ni en esto (ni tampoco quiero hacerlo)

Estoy decepcionada, una vez más. Decepcionada conmigo, con el mundo, con todo. Mi motivación se esfumó no sé qué día y no ha vuelto, y me levanto a hostias si hace falta. Porque quizá sea débil y me caiga, pero lo que no soy es una cobarde. Yo me levanto, y me levantaré. Me caigo y caeré siempre, pero me voy a volver a levantar aunque tenga el cuerpo lleno de clavos. Si algo admiro de mí es mi fortaleza, que si bien a veces me cuesta hacerla salir a la luz, es más grande que la fuerza de mil hombres en batalla. Solo que a veces, exploto, porque no soporto lo que veo, porque no soporto lo que siento, porque mis emociones están a flor de piel, siempre.


Realmente esto no sirve de nada. Desahogarse escribiendo. ¿Qué cambiará esto? ¿Cambiará mi vida, cambiará lo que me duele? No, rotundamente no. Pero prefiero plasmar mi rabia así que ejerciéndola en vano.  No me he liberado, mis demonios están ahí, y si estas palabras tuvieran la habilidad de gritar, de gritar hasta quedarse afónicas, hasta que les sangre la laringe, lo harían y podríais escucharlas. Porque por dentro, yo sí grito.




No tengo nada más que añadir, mi escritura automática ha dado mucho de sí y creo que es momento de parar.
























 Se me agota el alma.





No hay comentarios:

Publicar un comentario