Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

lunes, 26 de enero de 2015

Latidos y engranajes.






-Bueno, creo que con unos cuantos puntos de sutura bastará, por ahora.

Oigo una voz dulce y amable y veo sombras que me rodean. Noto unas suaves manos acariciando mi pecho.

- Parece que ha despertado. Emily, ¿cómo te encuentras? - abro los ojos y lo primero que veo son los labios de una enfermera susurrando mi nombre. Estoy algo desorientada.

- ¿Qué... qué hago aquí? ¿qué ha pasa...-¡ouch!- intento reincorporarme pero me duele el pecho, muchísimo, tanto que no puedo ni respirar, me quejo sonoramente a causa de ello.

-Calma, debes descansar, aún tienes heridas de la operación. ¿No... no recuerdas nada?
- No, no entiendo qué está pasando. ¿Qué operación? ¿Qué son estas grapas en mi pecho? ¿Por qué no oigo mi coraz... ¡ouch, ouch! - duele, verdaderamente duele, tanto que quiero llorar pero no tengo lágrimas. ¿Por qué?

-Emily, sufriste un paro cardíaco. Te avisamos...  - la enfermera miró a su compañera- ... te avisamos de que tuvieras cuidado. Tu corazón te ha dado problemas últimamente, ¿verdad?

Intento recordar. Recuerdo una sensación, un leve sobresalto, un recuerdo difuso. Siento calambres. Algo en mi interior emite un pitido intermitente que incluso las enfermeras pueden escuchar.

-Tranquila, respira, te estás sobresaltando, tu nivel de saturación en sangre está subiendo considerablemente.

Intento tranquilizarme, respirar, cerrar los ojos y recordar. De repente, todo viene a mi mente, como un dejà vu. Miro a la enfermera con una mezcla de tristeza y decepción. Lo recuerdo.

- Ha vuelto a pasar, ¿verdad? - pregunto aun sabiendo la respuesta.
-Sí, Emily. Lo siento. No pudimos hacer nada por salvarlo, estaba muy dañado. Estaba obstruído, comprimido, lo tenías adormecido la última vez que viniste a que te "pusiéramos a punto", pero hace una semana entraste en urgencias porque las taquicardias se habían disparado, estabas agonizando. Sé que no es la primera vez que pasa, pero hacía mucho que no veía lo que vi ese día; que tu corazón bombeaba demasiado deprisa. Has pasado del estado de coma a latir frenéticamente... ¿por qué?

Miro a la enfermera con cara de incredulidad.

-No me digas que...  - abre mucho los ojos
-Sí.
-¿Pero cómo, cómo tan repentinamente?

-No lo sé, pero desde el principio sabía que ello me traería problemas. Hacía mucho que mi corazón no latía así, sabía que era peligroso y aun así... no lo detuve, dejé que me destruyera así.

-Emily, sabes que tu corazón no resiste las emociones fuertes, no la que has vivido. Has sido una imprudente. Te lo advertimos... ¡Te lo advertimos! Enamorarte es mortal para ti. ¿Por qué pusiste en riesgo tu vida de esa manera? Otras veces has esquivado este sobresalto sin problemas, ¿por qué esta vez no?

Vacilé, realmente me costaba pensar con claridad.
-Supongo que encontré un corazón tan dañado como el mío. Pude notar las pulsaciones y latidos sincronizados. Sé que fue una señal, hacía mucho que no permitía a mi corazón latir tan bruscamente. Pero lo vi, pude verlo...  pude ver cómo cobraba vida, casi... casi me desplomo en el suelo de la emoción. ¡Estaba viva, mi corazón empezaba a latir de nuevo, sin ayuda de mecanismos! ¡Se había recuperado! Había olvidado esa sensación. Aquel corazón me recordaba tanto al mío... quise repararlo pero acabé hecha pedazos yo. Los engranajes me perforaron... es lo último que recuerdo.

Suspiro hondamente.
-Bueno, supongo que me lo habéis...
- Sí
- ¿Lo guardarás junto con los otros recambios? No quiero que lo tires, alguna vez me gustaría ver sus heridas, realmente lo echaré de menos, aunque ya no haga sonar sus latidos.
-Claro, pequeña. Estará junto a los demás, bajo llave - la enfermera me acaricia la cara - Emily... - hace una pequeña pausa- quiero hablar seriamente contigo. No es la primera vez que tenemos que extirpártelo, y temo por tu vida. Todos tememos por ella. El mecanismo que te hemos instalado no es nuevo, ya sabes cómo funciona; lleva a cabo las funciones mínimas y necesarias que haría un corazón normal, salvo que este no te permitirá sentir. Te someteríamos a otra operación para instalarte un corazón nuevo pero...  dado a cómo ha acabado este, no creo que fuera buena idea. Podríamos perderte en el intento. Te queremos con vida, Emily, y eres demasiado imprudente. No nos gusta que te involucres tanto, no nos gusta que hagas latir con tanta fuerza tu corazón si no posees la total certeza de que tu latido será correspondido o cuidado. ¿Entiendes lo que digo? Has sobrevivido de milagro, pero la próxima vez... no te garantizo que podamos salvarte.

Mi mirada vaga perdida por la habitación.
-Lo entiendo - consigo decir en un tono monótono - supongo que... este mecanismo anulará los daños que aún me quedan, ¿verdad?
-Por supuesto. En unos días notarás una leve mejoría. Este mecanismo anula cada emoción y recuerdo. Puede que al principio te sientas algo desorientada, puede que no recuerdes nada y te duela el pecho sin saber por qué, pero ese dolor desaparecerá. Sin recuerdos no hay dolor, recuérdalo. Deja que la prótesis actúe por ti. Destruirá lo que te estaba destruyendo. ¿Entiendes?

-A la perfección. Espero que sea pronto -toso levemente - no soporto estas grapas, nunca me han gustado - empezaba a notar una frialdad inexplicable en mi voz.

- Bien, bien, poco a poco surge efecto. No tengas miedo, ¿vale? - me da un beso en la frente antes de irse- todo va a ir bien. Dentro de poco no recordarás nada, te lo prometo.

-Ah, Emily... y si te vuelve a pasar, avísanos antes de tomar una decisión premeditada, ¿de acuerdo? No queremos que vuelvas a desperdiciar un corazón así. El antiguo te costó mucho reconstruirlo. No te precipites otra vez.

-Descuida, no lo haré.


Me quedo sola en la habitación. Noto un extraño frío en mis pulmones. No sé cuánto me quedaré en cuidados intensivos pero espero que no mucho. Mi mente es incapaz de pensar en nada, menos aún mi "corazón" es capaz de procesar emoción alguna. Me pesa el cuerpo quince mil toneladas. Me recuesto un rato en la cama y meto mis manos en los bolsillos, de repente doy con un objeto pequeño y metálico; una llave.

¿Y esto qué es?

Mi mecanismo emite un pitido.

Cierro los ojos. Noto el frío de nuevo, el pitido se para. Dejo la llave encima de la mesa. Me quedo dormida. Empiezo a sentir un letargo eterno, no sé si despertaré, este pitido a veces sigue sonando. Cuando despierte seguirá ahí pero no sé si recordaré qué abría esa llave.

-No impor...ta... ahora no... im... - me sumo en un profundo e indefinido sueño.





 https://www.youtube.com/watch?v=LFfobWNJIXU 





No hay comentarios:

Publicar un comentario