Hay bajadas sin frenos en las que es mejor no volver a caminar.
Hay ecos en la mente que es mejor no volver a golpear, resonando hasta convertirse en certeza.
Hay deseos tabú que es mejor no morderse, que es mejor apagar con un soplo y que vuelva el frío.
Hay latidos que te prometes no volver a hacer sonar; haces que pierdan el ritmo para no crear una armonía que pueda unir universos.
Hay un sí y un no discutiendo por decidir quién se queda mi custodia. Y yo me quiero ir sin ninguno de los dos.
Hay un conformismo que bebe para olvidar, y un anhelo que aprieta los puños y echa a correr con impulso porque quiere rozar el cielo.
Y luego estoy yo, que soy las bajadas sin freno, el sí y el no, el conformismo, los latidos, el anhelo.
Ahora echaré a correr en dirección contraria. Quiero huir, debo huir, voy a huir. Que nadie me atrape nunca. Voy a escapar de todo lo que me asusta.