Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

sábado, 16 de mayo de 2015

Para ti, futuro explorador.




No sé cuántos años han pasado, cómo has llegado hasta aquí ni lo que te ha impulsado a ello, pero supongo que necesitas algún tipo de explicación antes de aventurarte en tal expedición.


Hola, ya sabes quién soy, cómo es mi risa, cómo divago y me pierdo entre mis pensamientos, Ya sabes cómo es la punta del iceberg, ya has visto el filo sobresaliente que brilla y está expuesto a todo el mundo. Pero la parte importante se encuentra en las profundidades marinas, esa que puede hacer que tu barco naufrague si choca contra mí si no tienes cuidado.

Escribo aquí y ahora, para que el día de mañana, seas quien seas, leas los peligros y las cosas que puedes encontrarte en tu búsqueda.

No sé describirme, no soy unidireccional, mi vida no es lineal, sino que se mueve hacia los lados, hacia arriba y abajo hasta explosionar. No es un camino recto, monótono, no te quedarás dormido si caminas por mis senderos, sino todo lo contrario; tendrás que estar demasiado despierto para no perderte.

A veces soy una criatura de fuego, un fuego que arrasa con todo lo que se le ponga en el camino, una luz luminosa y enérgica que sería capaz de alumbrar a todo el mundo si llegado el momento, se queda en completa oscuridad. Soy fuego, soy fénix y conmigo puedes volar y volar y quemarte conmigo, quemarte explotando la vida, escupiendo llamaradas de intensa pasión por vivir, por volar, por disfrutar.

A veces soy un corcel indomable, y si me sigues, no será doblegándome ni llevando tú las riendas, sino que irás a mi lado, tan indomable y libre como yo, corriendo, embistiendo, encontrándonos con todo lo que la vida nos pueda y quiera ofrecer.

A veces soy frío, a veces soy calor... nunca un punto intermedio. No existen las medias tintas, no existe un punto neutral. Mi vida, como te digo, se mueve en cualquier dirección inimaginable... rozo los extremos porque son la única cosa certera que existe, porque es el extremo, es el peligro, es el impulso lo que me proporciona vida. Si vas a acompañarme, has de tenerlo muy en cuenta, que conmigo es todo o nada, es frío o calor, es vida o muerte, es impulso o el hastío.

A veces soy luz, pero otras... soy completa oscuridad y te perderás si no sabes utilizar tus otros sentidos, porque mis recovecos son tan profundos que podrías caerte y gritar, y nadie te podría escuchar, nunca. Porque hay lugares de mí a los que nunca ha llegado la luz, y es algo que debes aceptar. Aceptar que no puedes ser guía en mi penumbra, que esa zona gris del mapa por la que pasarás, no se puede repoblar, porque ninguna flor tiene el valor de crecer ni vivir allí, porque la tierra está marchita y podrida pero forma parte de mí, y del encanto de mis valles.

Debes aceptar, que soy ininteligible, que nunca llegarás ni lograrás entenderme del todo, ni siquiera un poquito. Porque mi ecuación está elevada al máximo exponente de la locura, y es imposible despejar la incógnita que rodea mi vida. Solo pido que cuides y respetes mis mensajes cifrados aunque no sepas leerlos, que admires la belleza del misterio, que entiendas que es difícil saber qué tengo dentro de mi caja de Pandora, pero que ese es precisamente el encanto y lo mejor de mí; nunca saberlo, como esos secretos de mago que nunca son revelados porque de lo contrario, la magia se perdería.



Pero no todo es oscuridad, no todo son jeroglíficos ni extremos. También hay fantasía, puedo crear mundos para que solo tú y yo vivamos y luchemos, para que cada día sea una aventura y nunca, nunca... envejezamos el alma, para que seamos por siempre niños en Nunca Jamás. Porque mi alma de niña perdida nunca muere y es algo que también has de saber. Que amas a una niña en cuerpo de mujer, que tiene miedos, que ríe y llora, su imaginación se desborda y nunca deja de jugar. Y yo, si te quedas a mi lado, quiero ver también al niño que llevas dentro, para que así, mi niña tenga un compañero de juegos con el que imaginar.


¿Y bien? Ya has llegado al final. Estoy segura que todo lo que te he descrito aquí... ya lo sabes. Porque si te has decidido a vivir mi aventura, es porque te has dado cuenta de lo que te vas a encontrar en ella. Tú, tú me conoces. Nunca pensé que alguien pudiera hacerlo algún día. Has dedicado tu tiempo, tu sudor y tu sangre a conocerme, a saltar los obstáculos, las barreras, a ver qué se esconde detrás del muro. Tú... tú has descifrado el código de la caja fuerte. Así que, guardaré esto por aquí para que llegado el día en el que te conozca, me conozcas y hayas pasado el muro, puedas leer esto. Para que sepas que confiaba en ti desde el principio, seas quien seas. Porque aún no te conozco, pero estoy segura... que tú también tienes una aventura para mí.