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domingo, 8 de febrero de 2015

My own hollowfication




Cuanto más busco la perfección, más me alejo de ella. Soy mi propia cobaya de investigación, yo establezco mis límites y mis retos. Ejerzo de opresora y de esclava a la vez, esclava de mis propias exigencias y errores. Yo soy la que flagela y la que recibe los golpes, vivo dos vidas por una.

He perdido mi línea por aspirar siempre a más y lo único que siento es arrepentimiento. Arrepentimiento por no haberme exigido aún más. Más y más, más rápido, más éficaz, más feroz, más violento, más frenético, hasta el borde de la locura, hasta el hastío, hasta deshacerme. Para mí, NUNCA es suficiente. Cuanto más intento alcanzar la perfección y más rápido corro para llegar, más heridas se hacen mis piernas, más trozos de piel voy dejándome por el camino. Cuando llegue a la perfección, seré cenizas, seré trocitos que se han ido dispersando por el camino. Cuando consiga la perfección, seré la persona más imperfecta que nadie haya conocido jamás.


"Cada uno elige el infierno en el que quiere quemarse" y yo he elegido ser inalcanzable, impenetrable, insensible, impasible, imparcial. He elegido correr más rápido que los otros, salvarme de la extinción, salvar mi piel y dejar que otros mueran, desgarren la suya y la vendan al mejor postor.

No sé si estoy llegando a la perfección o a la locura, quizá ambas son la misma cosa. Cada paso que doy es un impulso inhumano que no puedo controlar. En algún momento, de un modo u otro, la locura acabará consumiéndome y quizá es eso todo lo que estaba esperando. No conozco mejor forma de perder la humanidad que olvidando que la tienes. No conozco mejor forma de olvidar la debilidad que olvidándote de lo que te rodea. En mi camino no hay espacio para nadie y no dudaré en ultrajar, traicionar, abandonar y mentir con tal de conseguir llegar a la cima.

¿Qué qué es la cima? Aún no lo sé, pero sé que es un lugar que no tiene cabida para nadie más que para mí. No sé si es la muerte, no sé si es la gloria, solo sé que me precipito hacia ella y nada puede pararme. Para bien o para mal, yo he elegido este camino desde hace tiempo y si bien antes me forzaba a continuar, ahora me van a faltar costados a los que atravesar si paro un solo minuto a descansar. Borraré mis pasos para que nadie logre seguirme, jamás.









Esta es la mejor forma de destruirme que conozco, y me encanta. Sentir cómo pierdo el aliento y me dejo la piel por quimeras y utopías. No pararé hasta verme reducida a cenizas. 

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