Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 18 de febrero de 2015




Buscaba encontrar la catarsis, creyendo que así la conseguiría.  Pero qué es realmente la catarsis, dónde se encuentra, cómo acceder hasta ella cuando la negación emocional es abismal.


Llegué tarde, lo pude notar. Pude notarlo cuando quise aspirar el aire que emergía fuera de mi perímetro, cuando alguien me oyó gritar desde dentro y rompió mis ventanas. Había permanecido mucho tiempo en aquel antro, en aquel refugio construído y estaba inconsciente, sumida en un coma.

Huía precisamente de aquello que realmente la protegería y salvaría. Le denegó el acceso a cualquier atisbo de humanidad, sin saber que privarse de ser real, la convertiría en alguien inexistente.


¿Qué se siente al estar muerto, qué se siente al no existir?  He podido ver el desenlace de este trágico camino, de cómo mi voluntad me cegaba y me conducía hacia ello creyendo que así... conseguiría esa catarsis que tanto esperaba. Pero cómo llegar a una catarsis, como llegar a esa explosión de emociones si me he negado la totalidad de estas. No hay catarsis, purificación ni salvación para mí, después de todo. He llegado al fondo de todo, y lo he visto.  Es frustrante, ¿no? Es como cuando un católico está a punto de morir y... no ve esa luz en la que tanto creía que podría salvarle. Y entonces, minutos previos a morir... primero muere ahogado en decepción.

Yo acabo de volver de ese fondo, de ese abismo. Hace nada llegué a él, y esta vez, pisé el acelerador y me sumergí, quería saber... cómo era el sabor de la muerte en vida. Quería saber si mis esfuerzos por abandonar cualquier deseo y ambición, cualquier emoción, serviría de algo, serviría para encontrar mi camino, un camino más fuerte, un camino inquebrantable, pero construí unos límites tan infranqueables que al ver el fondo del abismo, me asusté... y al querer volver al exterior, no puedo romper las barreras. Asustada y moribunda, yazco aquí. Mi último esfuerzo lo di dando ese salto, probándome a prueba de nuevo, averiguando si era capaz de actuar con sangre fría y muy poco corazón. He vuelto a caer en esas diabólicas pruebas de investigación... y esta vez, no las he superado. Este es mi límite, he roto mi ética, he roto mi respeto, mi orgullo, mi amor propio, solo como último escalón para perder la poca humanidad que me quedaba.


Ahora sí, ya no me queda nada. No siento catarsis de ningún tipo, solo una soga al cuello que va aprentando más y más. Me he llevado a mi propia muerte porque esto es lo que quería, quería morir. Y aunque en cuerpo aún no lo haya completado, en alma sé que ya no estoy aquí. Y ahora es cuando el miedo me atrapa de verdad, el miedo a no salir de aquí, nunca. Me he asegurado tan minuciosamente de que nadie me siga, de que nadie haga el esfuerzo por salvarme que ahora si pidiera ayuda solo obtendría eco de vuelta. Estoy fuera de control, voy cuesta abajo y sin frenos y esta vez no voy a sobrevivir para contarlo. Siento la ansiedad, el ahogo, la locura asomando por mis ojos, frenando mi respiración.



Lo he conseguido... he conseguido seguir mi segunda teoría del Caos a la perfección, nunca había llegado a finalizarla. Qué habré visto más allá de los muros para someterme a tal aislamiento y ostracismo...   ya no hay lugar para mí, ni allí afuera, ni aquí. He comprobado y analizado exáctamente la situación y qué es lo que me ha llevado a este punto. El problema no eran los sentimientos, el problema no era la perfección o la libertad, la impulsividad o la completa sumisión a la disciplina. Nadie nunca, ha tenido la culpa de estas barreras, solo hay una persona culpable y la veo cara a cara. día a día. El problema no es lo que hay ahí fuera, el problema no está en los demás, no hay culpables ni verdugos en esta historia. Tan solo yo. Yo. Yo soy el problema, yo soy el material defectuoso, soy el objetivo a aniquilar.  Me ha costado mucho tiempo y mucha disciplina y muchos castigos para darme cuenta de ello.


Yo soy la culpable y libero al mundo de mi eterno odio. Porque la única que me ha llevado a estar en esta situación... sea cual fuere, soy yo. Yo me he equivocado, yo he sufrido, yo soy incomprensible, incorregible, compleja para este mundo, yo soy de lo que todo el mundo debe huír porque... yo soy el problema, Nací por equivocación en un mundo más simple, en un mundo donde no hay cabida para mí de ningún tipo. No me queda nada, absolutamente nada... nada que perder, así que no me costará dejarlo todo.



De alguna forma, quisiera dejar este cuerpo y respirar por fin... en calma, lejos de aquí. Quisiera liberarme pero ya no hay... catarsis... para mí. Pido ayuda a gritos a un Dios que no existe por que me saque de esta situación, que estas barreras se disipen, porque empiezo a quedarme sin oxígeno y no sé cómo volver a vivir, y estoy peligrosamente fuera de los límites del control. Ya no lo aguanto más. He llegado demasiado lejos y esto debe parar...   ahora es cuando empiezo a sentir la pena y la rabia contenida. Cuándo volveré a sentirme feliz... alguna vez. He olvidado cómo se hace o cómo se consigue dicho secreto.


Dicen y sé por experiencia, que la inspiración siempre viene en los momentos más dolorosos... nunca se escribe en los momentos felices. Quizá por eso no dejo de estrangular las palabras contra la pared para que me expriman su jugo... algo con lo que poder conseguir liberación. La escritura es hacer aflorar las emociones... hacer las nacer y crecer. Al menos sé que estoy viva por que escribo... retorcidamente, porque cada palabra que sale de mí es un recuerdo de cada emoción, aunque estas sean emociones destructivas, emociones que lejos de ser positivas, son armas letales. Creo que es mi único chaleco salvavidas en estos momentos, debería aferrarme a él, aprovecharme a costa de mi dolor y mi locura para mantenerme a flota. Porque nadie va a venir a por mí, ya no dejo a nadie que venga y no sé sentir nada.


No sé sentir.

No sé qué es sentir.
Qué es la alegría, qué es sentirse satisfecha, por qué motivos se sonríe.


Este es mi límite, y grito en silencio porque me voy a volver loca si no consigo salir de aquí ya.




No hay comentarios:

Publicar un comentario